Seguir, seguir y seguir

12.03.2013 19:22

Jorge Bados

Los días van pasando, al igual que los años. Llega un punto en la vida, en el que reflexionar es el único camino para poder llegar a tu destino. Desde hace tiempo, observo en la natación una dinánima distinta, un "algo" que hace que cada momento relacionado con esta disciplina, sea inolvidable. Y es que solo cuento por positivos los momentos que este deporte va dejando campeonato tras campeonato. Nadadores que fijan unos objetivos, y los van cumpliendo. Las referencias son claras, y todos pensamos en Mireia Belmonte, una nadadora en constante progresión y que ya es una de las grandes a nivel mundial. Del punto de inflexión que Mireia ha fijado, emanan con fuerza nadadores llenos de ilusión, de objetivos, con un carisma y una mentalidad ganadora. Es el momento de sentarse, de pensar a dónde vamos, y sobre todo, a dónde queremos ir. La cantidad de buenos nadadores que vienen se cuentan con varias manos, y no somos un país que deba escatimar en calidad, todo lo contrario, la necesitamos, pues será nuestra arma para llevar a la natación al lugar que se merece.

Primero, pasando por los más jóvenes. Esos nadadores que apenas superan los 10 años de edad, han de notar el cariño de sus familias, amigos e instituciones, para que ellos mismos vean que la natación es posible, que es un camino de oportunidades, en el que la medalla es tan solo una de las miles de sensaciones que este maravilloso deporte produce.

En segundo lugar, los infantiles y los junior. Las dos categorías para mi más importantes. De éstas, sale el futuro más cercano. No podemos, ni debemos, dejar pasar el tiempo. Descuidarse con nadadores de esta edad significa mermar el futuro. Para el Europeo Junior y FOJE de verano, van a salir selecciones muy numerosas, ambas llenas de valores, como la humildad, la seguridad, el saber estar y la inteligencia. Todos son conscientes de lo que en unos meses vivirán, y es por eso por lo que debemos transmitirles la importancia de ese momento. Necesitan estar arropados, necesitan saber que todos estamos pendientes de ellos. Si algo tengo claro, y debería ser una máxima, es que cualquier nadador o nadadora merece la misma atención.

Y por último, los absolutos. Los nadadores de los que vivimos, los que podríamos recitar de carrerilla. Todos ellos han llegado gracias al sacrificio. Se han caído un millón de veces; por fortuna conocían la fórmula para levantarse. Su trabajo contagia al resto, y por tanto, deben ser el espejo de todos los nadadores que estén por debajo. Sus objetivos apuntan directamente al cielo, lo que ejerce una mayor presión sobre ellos. Cuidarles es nuestra obligación.

 La única consigna es seguir, seguir y seguir. La natación aún no ha contrado su límite, y seguramente nunca lo encuentre. Gracias a los deportistas, un deporte nunca muere. El presente 2013 vuelve a ser clave para medir en qué posición está nuestra natación. Yo a día de hoy solo sé, que gracias a vosotros, los que os tiráis al agua diariamente, la natación nunca morirá.